Hablando con Cristina Rojas descubrimos a una mujer apasionada y comprometida con el oficio. Su trayectoria profesional suscribe un gran recorrido teatral; Els Comediants, Remiendo teatro, Sindromedario, Escena Bruta o Dante Teatro son algunas de las compañías con las que ha trabajado. Desde el año 2008 afronta, también, la tarea de producción teatral. Lo hace junto a Homero Rodríguez Soriano en tenemos gato, compañía que ambos crearon por aquel entonces.
Ahora firma su primer protagonista en cine con Seis y medio. El largometraje, dirigido por Julio Fraga, producido por tenemos gato y notienerrollo, con la coproducción de Kai Visualutions y la colaboración de Canal Sur, cosecha ya reconocimiento estatal e internacional.
Julio Fraga les dirigió en el montaje Estoy guapa y asesoró, también, en otras producciones teatrales. ¿Cómo ha sido trabajar con él en el medio audiovisual?
Pues muy parecido. Lo he dicho ya muchas veces: Julio Fraga es un director sensible, minucioso, trabajador, ordenadísimo, líder, campechano… tiene muchas cualidades que lo hacen que sea un gran director. Y nos entendemos muy bien en los escenarios, ya sean de teatro o en este caso de cine… no nos hace falta hablar mucho (aunque lo hagamos) y hay una cosa que me obsesionaba que era hacerlo de verdad, y sabía que Julio, si no estaba de verdad, me lo diría. Es una película con un guión difícil, largas conversaciones, con personajes muy cultos, que hablan muy bien, demasiado bien, incluso, y eso me asustaba. Tenerlo cerca me daba seguridad.
¿Podría Seis y medio haberse contado en teatro? ¿Qué os ha movido a producir esta historia en cine?
Sí, claro, es una película con dos actores y en interiores, como punto de partida suena muy teatral. De hecho Víctor Maña (el guionista y productor) vino a tenemos gato con la propuesta de que montásemos su guión de cine en teatro… Buscaba unos actores que hubieran actuado como pareja en el escenario (y Homero Rodríguez y yo llevamos ya muchos años juntos en las tablas) y llegó a nosotros… Pero era un guión de cine y nos apetecía una barbaridad hacer una película, así que hablamos con Julio y le pasamos el guión y le encantó y pensó lo mismo, que debíamos hacer una película, así que tras charlas y charlas acerca de qué haríamos, cómo, con cuánto, se desencadenó una cascada de síes de equipo que iba uniéndose y acabamos lanzándonos. Víctor Maña se lió la manta a la cabeza y aquí la tenemos.
¿En qué lugar le ha situado este personaje? ¿Le ha aportado algo nuevo?
Ha sido mi primer protagonista en cine, y esto ya me aportaba mucho más que algo nuevo, me aportaba todo, era una manera de jugar con lo que había aprendido en el teatro pero hacerlo en cine, que en definitiva era exactamente igual (no creo en eso que se dice, a veces, de actores de cine o de teatro), pero sin tener que llegar a la última butaca.. a veces más fácil y otra veces vertiginosamente mucho más difícil. El personaje de ELLA es bastante complejo, pasa por muchos sitios, le pasan muchas pequeñas cosas… y depende mucho de ÉL, del personaje de mi compañero, Homero Rodríguez. Ha sido una suerte para mí haberlo hecho con Homero, confiamos mucho el uno en el otro, ensayamos mucho, y creo que también nos “escuchamos” mucho, o al menos lo intentamos… y así estaba la clave de Seis y medio, en escucharnos y en buscar en el otro.
¿Tiene, una producción de bajo presupuesto, limites en cuanto a distribución o puede llegar a cualquier lugar si la historia es buena?
Desafortunadamente tiene muchos límites. Las ganas, el trabajo, el tesón, el trabajo en equipo pueden llegar muy lejos, pero a veces no tan lejos como cualquier sitio. En eso estamos. Mi entusiasmo me hace pensar que sí, pero veo todo complicado y se me viene a la cabeza un sketch de Muchachada Nui en el que Spielberg se reía de Lars von Trier y me muero de la risa y la pena a la vez.
¿Qué supuso estrenar Seis y medio en el Festival de Málaga? ¿Ayuda, un escaparate así, a la distribución de una película?
Fue una maravilla para todo el equipo de la película. Fue el objetivo soñado y conseguido. Y creemos que sí, absolutamente sirve un escaparate así, estrenar en el Festival de Cine Español de Málaga son palabras mayores, y eso, ayuda. Es un gran rasero. No todas las pelis van y algunas buenísimas se quedan por el camino. Pero aunque ayuda, no lo hace todo. No podemos olvidar que para la industria del cine somos desconocidos, y eso, aunque suele gustar a la hora de entrar en la historia de una película, a nivel comercial no es lo mismo.
Vienen de recoger el máximo galardón de la segunda edición del Festival Nuevo Cine Andaluz. ¿Esperaban recibir, tan pronto, un reconocimiento así?
Estamos muy muy muy muy contentos. Y agradecidos. Muchísimo. Y ganar el premio a mejor película es ganar un premio para todos. Y eso, reconforta aún más.
Buena parte del teatro actual sigue conservando su esencia artesana, y quizás, por esto, es habitual la figura del productor-actor. En cine, sin embargo, no lo es tanto. ¿Cómo se afronta un rodaje con responsabilidades tan polarizadas? ¿Ha podido separar ambos cometidos?
Durante el rodaje en ningún momento fuimos productores. Éramos los actores. El productor era Víctor Maña (notienerrollo) y la organización del rodaje corrió entera a cargo de Kai Visualutions. Hubiera sido imposible. Eran 10 horas de rodaje al día, a veces más… y grabamos muchas noches hasta muy tarde. Fue muy duro. Ahora sí, en postproducción y distribución tenemos gato ha entrado. Y la figura del actor-productor-distribuidor es constante. Pero es una producción pequeña y debemos hacerlo si queremos que se vea nuestra película. La película de todo el equipo. De los más de 70 que hay detrás. Y ahora está trabajando con nosotros Ana Gámiz, motor de Seis y medio a nivel de distribución a todos los niveles. Así que tampoco estamos solos.
¿Cree que es importante (y posible) crear compañía y equipo en el trabajo audiovisual?
Sí es importante, sobre todo si no cobras un duro, como las muchísimas personas del equipo de esta película que han trabajado a destajo, con generosidad, más de 10 horas al día, capitalizando su sueldo. Eso es trabajo en equipo. Por tanto sí, es posible. Yo lo he vivido, y emociona.
Después de este bautismo cinematográfico, ¿se ha abierto una puerta a futuros proyectos en esta disciplina?
Esto lo digo con la boca grande y una gran sonrisa: ¡¡Ojalá, ojalá, ojalá!! Pero sin dejar nunca el teatro, en Tenemos Gato, y en donde sea. De hecho he vuelto con A bombo y platillo y preparamos nuevo montaje.